Arquitectura Posmoderna
Postmodernismo
A partir de los años 70, de las cenizas del Movimiento Moderno, nació una corriente arquitectónica ambigua y múltiple, que redescubrió los lenguajes de la historia como fuente de inspiración y material para los proyectos.
Charles Jencks (1939-2019), arquitecto, historiador y teórico de la disciplina, hace coincidir el inicio de la posmodernidad con un acontecimiento destructivo: el 16 de marzo de 1972, el primero de los 33 edificios que componen el barrio de Pruitt-Igoe en Saint-Louis explota y se derrumba, en una de las operaciones de demolición controlada más espectaculares realizadas a lo largo del siglo XX. Terminados menos de veinte años antes, en 1955, por el arquitecto estadounidense Minoru Yamasaki, y demasiado pronto degradados, tanto material como socialmente, los bares Pruitt-Igoe son un icono de las promesas traicionadas por la modernidad, y más concretamente por los diseñadores del Movimiento Moderno. La utopía de una arquitectura socialdemócrata se ha transformado en la distopía de los barrios dormitorio; la vanguardia, también estilística, inspirada en el famoso adagio de que la forma sigue a la función, se ha secado en la retaguardia de un Estilo Internacional atópico y genérico. Es precisamente a la luz de estas consideraciones que Jencks puede afirmar triunfalmente que en ese día de finales de invierno en el Medio Oeste americano "la arquitectura moderna ha muerto".
El posmodernismo se teoriza y contextualiza muy a menudo en oposición al Movimiento Moderno, contra sus dogmas y limitaciones. En el contexto de la crisis de los grandes relatos, que para el filósofo francés François Lyotard está en el origen de la condición posmoderna, incluso la ideología de la arquitectura moderna, percibida como monolítica y asfixiante, pierde su compacidad. Desde este punto de vista, las primeras inquietudes ya se manifestaron a principios de los años cincuenta, por ejemplo a través de la famosa querella sobre la neoliberalidad italiana, apoyada por la Casabella Continuità de Ernesto Nathan Rogers, pero estigmatizada por Reyner Banham en las páginas de Architectural Review como The Italian Retreat from Modern Architecture (abril de 1959).
En la década de 1960, fue Robert Venturi (1925-2018) quien contribuyó de forma decisiva al giro posmoderno: sus ensayos Complexity and Contradictions in Architecture (1966) y Learning from Las Vegas (1972), este último escrito con Denise Scott Brown (1931) y Steven Izenour (1940-2001), afirmaban la pertinencia de una arquitectura múltiple y sin prejuicios que pudiera "aprender" e incluso integrar la lengua vernácula pop de la ciudad del entretenimiento de Nevada. En los años siguientes, las características del posmodernismo serían aclaradas por Jencks en el fundamental The Language of Postmodern Architecture (1977).
Finalmente, en 1980, con motivo del 1er. Exposición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, Paolo Portoghesi (1931) comisarió la exposición La presenza del passato, cuyo catálogo se abría con su ensayo sobre La fine del proibizionismo. Después de décadas de ostracismo, los signos del pasado, de la historia, volvieron a estar disponibles como material de proyecto, extremadamente flexibles y adaptables porque ya no formaban parte del discurso coherente del que participaban. Así, la Strada Novissima, realizada por Costantino Dardi (1936-1991) como instalación central de la exposición, ofrece una impresionante muestra de 20 fachadas posmodernas, diseñadas por otros tantos arquitectos. Entre las más representativas se encuentra la diseñada por el austriaco Hans Hollein (1934-2014), que reelabora el modelo de la columna clásica en diversas formas no filológicas.
En palabras de Marco Biraghi: "El postmodernismo se presenta como pluralista y defensor de la diversidad, de la fragmentación, de la ambigüedad, de la multiplicidad de capas; partidario de la dispersión, de la diseminación y también de la acumulación, de la contradicción como proliferación de meras oposiciones, desprovistas de cualquier relación entre ellas; (...) y de nuevo, el postmodernismo es inclusivo, desprendido, sorprendente, alejado de cualquier fascinación ideológica que no esté impulsada por un pragmatismo estratégico".
La arquitectura posmoderna
La arquitectura posmoderna recurre a diferentes imágenes, con resultados "estilísticos" igualmente variados. Sutilmente irónicos y claramente desacralizadores son los edificios que Venturi diseñó con John Rauch, como la Guild House (1960-1966) en Filadelfia y la Vanna Venturi House (1959-1964) en Chestnut Hill, que desestabiliza tanto el arquetipo del hogar dulce hogar americano como los dictados de Lecorbusieri, por ejemplo multiplicando los tipos de ventanas. El edificio AT&T (1979-1984) en Nueva York, de Philip Johnson (1906-2005), influyente protagonista de la temporada posmoderna en la Costa Este, traduce y simplifica el vocabulario del clásico, aplicándolo a la optimizada volumetría liberalista de un rascacielos de oficinas.
Los grandes proyectos de Michael Graves (1934-2015), tan potentes como Johnson y decididamente más prolíficos, también se mueven en la misma dirección. Gracias a proyectos como el Portland Public Services Building (1982), en Portland (Oregón), y el Humana Building (1982-1985), en Louisville (Kentucky), el posmodernismo historicista se extendió y se normalizó en los centros de muchas ciudades estadounidenses de tamaño medio. En el contexto estadounidense, merece una mención especial la Piazza d'Italia (1975-1979) construida por Charles Moore en Nueva Orleans. Este espacio público está literalmente invadido por signos del pasado, llevando hasta sus últimas consecuencias la interpretación posmoderna de la arquitectura como escenografía.
Las mejores expresiones europeas del posmodernismo
Las mejores expresiones europeas del posmodernismo, por el contrario, se basan en un enfoque menos casual y más problemático del pasado. Más que los representantes de la tendencia italiana, sobre todo Aldo Rossi (1931-1997), cuyo interés por la historia se basa en supuestos decididamente originales, es el británico James Stirling (1926-1992) quien más se acerca al posmodernismo. En cambio, en los edificios de Stirling, por ejemplo en la Staatsgalerie de Stuttgart (1984), el uso frecuente de la cita, aunque se traduzca en la yuxtaposición analógica de fragmentos, nunca se reduce a una mera decoración aplicada.
A escala del proyecto de ciudad, el luxemburgués Robert Krier (1938) y Léon Krier (1946) consideran la forma urbana como soporte de la creación de comunidad (inspirados, en esto, por los estudios de Camillo Sitte), mientras que el catalán Ricardo Bofill (1939) reflexiona sobre la posible recuperación de una monumentalidad urbana a la que el Movimiento Moderno parece haber renunciado. En relación con sus barrios residenciales de las banlieues francesas, la adopción sistemática de una composición beaux-arts ampliada, y la exuberante reproposición de rasgos estilísticos clásicos, hicieron que Kenneth Frampton hablara de "megaclasicismo neo-social-realista, hecho de hormigón armado prefabricado".
Estos son sólo algunos ejemplos de la extrema variedad de la arquitectura posmoderna que, no por casualidad, se caracteriza según Jencks ante todo por su "eclecticismo radical".
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